Que idiota, verdad? Las dos y media de la mañana y aquí me encuentro, delante de la pantalla escuchando música ñoña que solo aumenta las ganas de llorar. Supongo que no puedo culparme por ser como todos, que cuando estamos mal parece que solo buscamos ponernos peor.

Que fácil y que bonita se ve la vida de los demás. Y si la nuestra no la vemos igual es por nuestra tendencia a complicar las cosas. Parece que no puede haber nada en el mundo más sencillo que querer a una persona. ¿Tampoco puede ser tan difícil no? El mayor problema está en que en toda relación siempre hay uno que quiere más que otro, uno es el suelo, y otro el tejado. Y claro, que bonito se ve todo desde arriba. 

Como podemos suponer todos, quien más quiere es quien más sufre. Algo tan humano como sentir, nos lleva a algo tan humano también como sufrir. Y vivimos en un mundo, que mientras más humanos, más vulnerables. Las relaciones no funcionan porque pedimos más de lo que estamos dispuestos a dar. Una de las partes tiene que ceder, que aguantar, que perdonar, que olvidar, etc. ¿Y que pasa con la otra? 

Hacemos sufrir a la persona que tenemos a nuestro lado, siempre por no pensar y no ver las cosas desde su posición, y lo peor es que esa persona sigue siempre con nosotros, porque se niega a perdernos, y parece que mientras más nos aguanta, más tierra le echamos encima.

Ahorremosnos errores innecesarios, palabras dolorosas o situaciones incomodas. No es tan difícil si sabes el dolor que le puede causar a la persona que quieres. Aunque casi nunca sabemos cuanto es, hasta que nos lo hacen a nosotros, y perdonad que os diga, pero la mayoría no aguantaríamos que nos hiciesen las cosas que nosotros hacemos. 

Para mi, la perfección está en la sencillez, en el cuidado diario, en abrir los ojos y ver lo que le estamos haciendo a la persona que queremos y lo que esa persona nos esta haciendo a nosotros. En poner en una balanza lo que nos da, y lo que nos quita, porque muchas veces, aunque creamos que no podemos vivir sin alguien, aunque lo pasemos mal meses y meses, aunque lloremos como nunca, muchas veces un final a tiempo, puede ser un principio a punto.

Hoy mis buenas noches me las dedico ami, por todo lo que he vivido este año, porque la compañia ha sido increible, pero la que ha estado ahi cada dia he sido yo. Yo he disfrutado y sufrido las consecuencias de mos actos. Yo me he secado las lagrimas y me he visto reir a carcajadas. He sacado mis risas mas forzadas para fotos y se me han achinado los ojos de tanto sonreir. Supongo que no hay nada mejor que estar contento con uno mismo, y yo, aunque como todos tengo mis defectos y podria ser mejor, no me cambiaria por nadie en este mundo, porque muchos tendran fortuna, pero yo soy afortunada.
Buenas noches para mi, y para cada una de las personas que han aportado algo a que yo sea quien soy.
Elena Luna.

Los recuerdos nunca se consiguen olvidar

No recordaba lo bien que sienta escribir, lo bien que te quedas al coger un papel y un boli y desahogarte, sacar fuera lo que lleva tanto tiempo dentro.
Nosotros no elegimos que se queda en nosotros, que recordaremos siempre , ni a quien no podemos olvidar ni que etapa de nuestra vida podemos borrar. Supongo que la mayoria hemos tenido una época que quisieramos que desapareciese de nuestra cabeza, o en mi caso, del corazón. Un tiempo que aunque tuvo cosas realmente buenas, las malas las superaron. Un tiempo en el que lloraba más que reia, un tiempo en el que aunque lo viviese con muchas personas solo se resume a dos. Anda que la vida no da vueltas, a día de hoy esa situación que viví se ha dado la vuelta completamente, solo disfruto y las cosas malas que pueda haber apenas las noto. Pero no puedo negar que soy incapaz de olvidar aquel tiempo, he perdonado, pero no consigo olvidar. No sé si es que no soy capaz de perdonarme a mi misma, de perdonar que yo sola me hiciese tanto daño y fuese tan tonta, la verdad que no sé por qué, pero no soy capaz de pasar página y hacer como si nada. Dicen que las cosas que nos marcan, nos dejan huella y nos cambian siempre permanecen con nosotros, para que nunca olvidemos lo que nos han enseñado. Es cierto que yo cambié, ahora mismo sigo sin saber si a mejor o a peor. Desconfio mucho más y pienso que cualquiera puede hacerme daño. Me siento más débil aunque claro, mi orgullo no me permite mostrar eso.
Después de esto, llego a la conclusión de que aunque no pueda ser más feliz ahora mismo, el pasado y sus recuerdos me sigue destrozando con cada canción o cada situación que me recuerde todo aquello.
Ojalá las personas pudiesemos elegir que borrar de nuestra vida, pero como eso no es posible, cuidad los recuerdos que le dejeis a otros, porque esos, aunque las cosas cambien, siempre serán los mismos.
Elena Luna.